En el prestigioso Restaurante Alabaster de Madrid, se congregó lo mejor de la restauración, alrededor de Champán Pommery. Una cena que coincidió con el Salón Melendo de Champán.
Los anfitriones de la velada, Tatiana y Sonia, de Zamora Company, junto a Adrien Pats, embajador de marca de la Maison Pommery, ofrecieron una experiencia gastronómica que deleitó todos los sentidos.
La velada comenzó con la presentación del icónico Pommery Brut Royal. Este es la esencia misma del estilo de la marca y un clásico imprescindible. Acompañado de una exquisita selección de entrantes, que incluían ostra fresca con un escabeche ligero, cono de brandada de bacalao, cola de cigala frita y croqueta de pulpo a la gallega, este champagne sentó las bases de una velada inolvidable.
La siguiente estrella de la noche fue el Pommery Apanage Brut 1874, una obra maestra elaborada con un vino base de más de 100 años y tres de las mejores añadas. Su carácter cremoso, fresco y complejo destacó especialmente al maridarse con platos como espárragos blancos a la brasa con emulsión de cacahuete, huevo, patatas, carabinero y trufa, rape asado con emulsión de aceituna y ensalada de escarola, y una terrina crujiente de cordero con ñoquis de calabaza.
Para el momento dulce, llegó el seductor Pommery Brut Rosé,. Vino acompañado de una exquisita composición de sandía, chocolate blanco, tierra de galletas y jazmín. Una combinación de sabores que deleitó el paladar de todos los comensales.
Pero la verdadera joya de la corona fue el Pommery Cuvée Louise, un champagne creado como homenaje a Louise Pommery, que sólo se elabora en los años excelentes y que envejece sobre lías un mínimo de 11 años. Su presencia en la mesa marcó el clímax de la noche, y cada sorbo fue un verdadero deleite para los sentidos.
Entre sorbos y sabores, las anécdotas y comentarios fluían en una atmósfera de camaradería y pasión por la gastronomía. Alberto, del reconocido restaurante Kappo, compartió algunos detalles sobre su próxima apertura. También se discutió animadamente sobre la nueva carta de Zurito. La presencia de otros destacados establecimientos, como Restaurante Estimar, Ovillo y El Cenador de Amós, entre otros, añadió un toque de distinción a la velada.
En resumen, la cena con Champagne Pommery en Alabaster Madrid, fue mucho más que una simple experiencia gastronómica. Fue un viaje sensorial que dejó una impresión imborrable en todos los presentes. La combinación perfecta de exquisitos platos y champagnes de renombre internacional, creó una sinfonía de sabores y aromas que perdurará en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de ser parte de esta noche de armonía y deleite.